La falta de agua ha llevado a Cataluña a una situación límite, poniendo sobre la mesa de debate la desalación de agua como recurso de urgencia. Tanto, que el Gobierno central y la Generalitat han acordado dos medidas como ampliar la planta de desalinización de La Tordera para 2028 y construir una nueva en Foix para 2029. Además, para verano, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, se plantea llevar en barco hasta Barcelona unos 40.000 m3 de agua diarios, provenientes de la desaladora de Sagunto en Valencia.
El hecho de llevar agua en barco en pleno siglo XXI hasta la ciudad condal ha sido cuestionado, o cuanto menos visto con sorpresa, más cuando España presume de ser uno de los países del mundo con más capacidad de desalación. Contamos con más de 700 plantas que transforman el agua del mar y las agua salobres en un recurso potabilizado que sirve para consumo humano, uso agrícola e industrial. A raíz de esta cuestión, La Razón ha publicado un artículo donde ha contado con la opinión de nuestra socia, Isabel Caro-Patón.
Desaprovechamiento de la capacidad de desalación en Levante
Si se analizan los datos, se descubre que mucha capacidad de desalación está desaprovechada. La memoria anual de 2022 de Acuamed -empresa pública que explota parte de las desaladoras de Levante-, indica que las instalaciones de la costa están funcionando incluso a un tercio de su capacidad. La de Sagunto (en Valencia. Entró en funcionamiento en 2018) produjo concretamente 0,2 hm3 de agua en 2022 a pesar de tener una capacidad de 8 hm3. La de Torrevieja (Alicante), una de las más grandes de Europa y que da servicio sobre todo a la agricultura, produjo en 2022 36,4 hm3 de agua, casi la mitad de su capacidad (80 hm3).
La desaladora de Oropesa (Castellón), con una capacidad de 65.000 m3 diarios, ampliable a 130.000 m3, produjo 4,2 hm3 solo para abastecimiento. Mutxamel en Alicante casi está al límite de uso. En 2022 produjo 6,91 hm3 de los 8 hm que puede producir y en Valdelentisco (Murcia) se produjo ese año 26,1 hm3 cuando tiene una capacidad de hasta 48 hm3/año. ¿Qué explica esta escasa producción? ¿Y si se usaran al 100% se habría evitado la situación de emergencia que se vive en Cataluña o Andalucía? Según los últimos datos del Miteco, las cuencas internas de Cataluña están al 15% de su capacidad; las del Guadalquivir al 21,3%; las del Guadalete-Barbate al 14,6%,; la cuenca Mediterránea Andaluza se encuentra al 18,3%, y la del Segura está poco por encima del 18%.
Oferta y desafíos futuros
La ministra Ribera también se ha referido a ajustar el consumo a la oferta real, un punto que comparte con organizaciones conservacionistas. Sin embargo, nuestra socia, Isabel Caro-Patón, considera que es necesario que la administración se implique en la oferta. «Ha prevalecido la protección ambiental frente a garantizar el uso y eso es de ingenuidad importante. La falta de previsión en Cataluña tiene que ver con una visión equivocada de los derechos de agua. Desde la aprobación de la Directiva Marco del Agua ha prevalecido la visión de que basta proteger el agua, y se ha dejado a un lado la política de oferta. Hacen falta más desaladoras, un régimen jurídico claro y planes financieros para las desaladoras».
Pulsa aquí para leer el artículo completo en La Razón.